Distancia: 7km   Duración: 3-4 horas   Desnivel+: 800m  Desnivel-: 800m

La jornada comienza con una ascensión al monte Settogatake (1.734 m), una cima poco frecuentada que ofrece vistas privilegiadas del Fuji y del lago Kawaguchiko. El sendero asciende por bosque mixto, con tramos empinados y ambiente tranquilo, ideal para aclimatación o como complemento a rutas más largas.

Tras el descenso, nos dirigimos al corazón volcánico del bosque Aokigahara para visitar la cueva de hielo Narusawa, una cavidad formada por lava que conserva hielo todo el año. El recorrido es breve pero impactante, con pasadizos estrechos y bloques de hielo visibles incluso en verano.

La jornada se completa con una ruta panorámica por los Cinco Lagos del Fuji: Kawaguchiko, Saiko, Shojiko, Yamanakako y Motosuko. Cada lago ofrece una perspectiva distinta del volcán, con templos, miradores y senderos que permiten disfrutar de la cultura local y del paisaje.

La ruta elegida para ascender al Fuji será la Gotemba, la más larga y solitaria de todas, con un desnivel exigente: desde los 1.440 m hasta los 3.730 m. Por ello, requiere una preparación cuidadosa.

Antes de iniciar el ascenso, dedicaremos la jornada a reconocer el terreno. Ya contaremos con el permiso oficial de ascensión, y realizaremos una caminata de 2 a 3 horas por las faldas del volcán, ideal para aclimatarnos.

Tras la marcha, revisaremos el equipamiento. La tarde nos permitirá disfrutar de dos lugares emblemáticos: el Santuario Asama Fuji Sengen Jinja, punto de partida espiritual de muchas ascensiones, y la pagoda Chureito, desde donde se contempla una de las vistas más icónicas del Monte Fuji.

Distancia: 10km   Duración: 6-7 horas   Desnivel+: 1.600m  Desnivel-: 0m

La ruta Gotemba comienza en la estación con el mismo nombre a 1.440m y asciende por laderas abiertas de ceniza volcánica, sin vegetación ni sombra, lo que le da un carácter austero y espectacular. Es la menos transitada, ideal para quienes buscan una experiencia más íntima y exigente.

El refugio de la 8ª estación, situado en torno a los 3.000 m, marca el punto de descanso previo a la cumbre.

Distancia: 18km   Duración: 6-8 horas   Desnivel+: 730m  Desnivel-: 2.300m

La última parte de la ascensión comienza de madrugada, bajo un cielo estrellado y el silencio volcánico de la montaña. Desde los 3.000 m del refugio, se asciende lentamente hacia la cumbre, ganando los últimos 730 m de desnivel en un terreno de ceniza y roca volcánica.

El momento culminante llega con el amanecer en la cima del Fuji, cuando el sol se eleva sobre el horizonte del Pacífico y tiñe de oro las nubes y los cráteres. Es un instante de recogimiento y asombro, donde el esfuerzo se transforma en emoción pura. En Japón lo llaman Goraiko, la luz sagrada del primer sol, y vivirlo desde la cima es una experiencia que marca.

La bajada por la ruta Gotemba incluye el famoso sunabashiri, una zona de ceniza profunda donde se puede descender casi “corriendo” por la pendiente. El descenso completo hasta la estación es largo y puede ser exigente.

Regresamos en tren a Tokio, donde nos alojaremos en un hotel junto a la estación central, el corazón de la ciudad. Este punto de partida nos permitirá explorar con comodidad la capital japonesa.

Nos parecía imprescindible dedicar al menos dos jornadas a descubrir Tokio: no solo como contrapunto cultural al viaje de montaña, sino también como espacio para recuperarnos físicamente y abrirnos a nuevas sensaciones.

Tokio es una ciudad que no deja indiferente. Para muchos europeos, representa un choque cultural intenso: una mezcla de tradición milenaria y vanguardia tecnológica, de orden extremo y caos aparente. Puede resultar abrumadora si no se sabe fluir con su ritmo, pero siempre fascina, sorprende y transforma.

Esta tarde nos dedicaremos a descubrir la ciudad sin rumbo fijo, dejándonos llevar por sus calles y callejuelas, pero antes de perdernos en su laberinto urbano, visitaremos el Palacio Imperial y sus jardines, un remanso de paz en medio del vértigo metropolitano

Tras el desayuno, dedicaremos la mañana a visitar el Santuario Meiji Jingu, uno de los templos más emblemáticos de Japón, rodeado de un frondoso bosque que transmite paz y espiritualidad en pleno corazón de Tokio.

Por la tarde, cambiaremos de escenario y nos sumergiremos en la frenética actividad del cruce de Shibuya, considerado el paso peatonal más concurrido del mundo. Desde allí exploraremos este vibrante barrio, famoso por su gastronomía, moda y vida urbana, un lugar donde la modernidad japonesa se muestra en todo su esplendor.

Al final del día, regresaremos al hotel para descansar.

Tras el desayuno, comenzaremos la jornada en el templo Sensoji, situado al noreste de la ciudad y considerado el más antiguo de Tokio. Sus puertas monumentales, la avenida comercial de Nakamise y el ambiente espiritual lo convierten en un lugar imprescindible para comprender la esencia tradicional de la capital.

A continuación, tomaremos el metro para regresar al centro y explorar con calma el barrio de Jimboch, famoso por sus librerías, cafés y un ambiente bohemio que invita a perderse entre sus calles llenas de historia. Allí almorzaremos en alguna de sus callejuelas típicas, disfrutando de la gastronomía local.

Por la tarde, nos dirigiremos al parque de Ueno y ascenderemos a uno de los numerosos observatorios urbanos, donde contemplaremos el skyline de Tokio y sus contrastes entre tradición y modernidad.

La jornada concluirá con el retorno al hotel y un merecido descanso.

Tras unos días de descanso relativo en Tokio, regresamos al mundo de la montaña, esta vez con la mirada puesta en los majestuosos Alpes Japoneses.

A media mañana nos dirigiremos a la estación central para tomar el tren bala hacia Nagano, un trayecto de poco más de una hora que nos permitirá disfrutar de la velocidad y comodidad de la vanguardia ferroviaria japonesa. Desde allí, continuaremos en tren hasta la ciudad de Azumino, situada al pie de los Alpes, donde llegaremos tras otra hora de viaje y nos instalaremos en nuestro hotel.

Azumino es considerada la ciudad alpina por excelencia, profundamente vinculada a las altas montañas que la rodean. Al día siguiente iniciaremos una emblemática ruta de trekking por los Alpes, con tres noches de alojamiento en refugios de altura. Pero antes de sumergirnos en la montaña, aprovecharemos la tarde para visitar el cercano y magnífico castillo de Matsumoto, uno de los más bellos y mejor conservados de Japón, símbolo de la historia feudal y orgullo de la región.

Pernoctación en Azumino.

Distancia: 5km   Duración: 4-5 horas   Desnivel+: 1.300m  Desnivel-: 0m

La ruta comienza en Nakabusa Onsen (1.420 m), accesible desde Azumino en taxi, y asciende por bosque alpino y laderas rocosas hasta el refugio Tsubakuro Sanso (2.720 m), situado en una cresta panorámica. Es una etapa exigente pero espectacular, ideal conectar con el paisaje granítico de los Alpes del Norte.

Una vez instalados en el refugio, quienes lo deseen pueden realizar una ascensión adicional, en unos 20 minutos, a la cumbre del monte Tsubakuro (2.763 m), conocida como “la reina de los Alpes del Norte” por sus vistas amplias y su perfil elegante.

Desde la cima se contempla una panorámica excepcional sobre el macizo del Hotaka, el monte Yari y el valle de Azumino.

Distancia: 9km   Duración: 5-6 horas   Desnivel+: 600m  Desnivel-: 600m

Tras el amanecer en Tsubakuro Sanso, la ruta continúa por una espectacular cresta alpina, con vistas abiertas al monte Yari, el macizo del Hotaka y los valles de Azumino. El sendero serpentea entre formaciones rocosas, tramos de granito pulido y pasos estrechos que exigen atención, pero recompensan con panorámicas inolvidables.

La jornada incluye el paso por montes como Otensho y Nishidake, con posibilidad de coronar pequeñas cumbres secundarias. El paisaje es puro Japón alpino: afilado, mineral, silencioso. La vegetación desaparece y el horizonte se abre en todas direcciones.

El día concluye en el refugio Nishidake Hüette, situado en un entorno de altura, ideal para descansar y prepararse para la travesía del día siguiente.

Distancia: 4km   Duración: 5-6 horas   Desnivel+: 700m  Desnivel-: 250m

La ruta avanza por una cresta espectacular, con tramos expuestos y vistas continuas sobre el macizo del Hotaka y los valles profundos de Kamikochi. El sendero exige atención y buen ritmo, pero regala una de las travesías más bellas de los Alpes del Norte.

La jornada culmina en el refugio Yarigatake Sanso, situado justo bajo la aguja del monte Yari (3.180 m), conocido como “la lanza de Japón”. Desde allí, quienes lo deseen pueden realizar la ascensión final a la cumbre, un tramo corto pero aéreo, equipado con cadenas y grapas.

Hay dos senderos señalizados: uno para subir y otro para bajar. Sigue las flechas para tomar el correcto.

Las vistas desde el Huette Oyari son sublimes, desde qui bajaremos a pernoctar y cenar a Yarigatake Sanso.

Distancia: 20km   Duración: 8-10 horas   Desnivel+: 150m  Desnivel-: 1.700m

Tras la noche en el refugio Yarigatake Sanso (3.180 m), la jornada comienza con un descenso sostenido por el valle de Yarisawa, siguiendo el curso del río Azusa. El sendero atraviesa zonas rocosas, bosques de pino enano y tramos de vegetación exuberante, con vistas continuas a las paredes del monte Yari y al entorno alpino.

La ruta pasa por puntos como Yarisawa Lodge, el puente Kappa y el estanque Taisho, antes de llegar a Kamikochi, un valle glaciar de gran belleza, considerado uno de los destinos naturales más icónicos de Japón. El contraste entre las crestas graníticas y el paisaje fluvial marca el cierre perfecto de esta travesía alpina.

Retorno a Azumino y transfer a Nagano donde pasaremos la noche en un hotel.

Toma del tren bala de camino a Tokio y traslado al aeropuerto de Haneda donde tomaremos el vuelo de vuelta.